En los próximos años, la educación superior seguirá siendo, probablemente junto con otras instituciones, una fuerza efectiva para el mejoramiento de las sociedades. Además de liderar la búsqueda de la verdad, continuará ayudando a forjar una ciudadanía con capacidad de discernir, la cual es clave para el funcionamiento de la democracia. Además, a nivel práctico, contribuirá a dotar a las personas de las competencias requeridas para encarar un mercado laboral cada vez más dinámico y exigente.
La pandemia de Covid-19 que duró un año ha acelerado las tendencias que eran evidentes en todo el sector y definirán cómo operarán las universidades en el futuro. En este blog, comentamos cómo estos desarrollos están remodelando la enseñanza y el aprendizaje, la investigación, la innovación y el servicio.
Enseñanza y aprendizaje:
· En la era post-pandemia, se acelerará el cambio hacia la enseñanza y el aprendizaje en línea e híbrido. Los modelos preferidos serán aquellos que puedan operar a escala masiva ofreciendo a la vez calidad y eficiencia. Las instituciones exitosas aprovecharán la tecnología para implantar modelos académicos/empresariales que mejoren el acceso y la asequibilidad y al mismo tiempo mejoren la experiencia de los estudiantes y sus resultados de aprendizaje.
· El retorno de la inversión a obtener una licenciatura de 4 años seguirá siendo decrciente y llevará a más personas a otras opciones menos costosas y con menos consumo de tiempo. Las micro credenciales, los bootcamps, los programas desagregados y los cursos independientes conducentes a la adquicición de habilidades y competencias serán caminos cada vez más atractivos para alcanzar el llamada "sueño americano" de prosperidad. El auge en campos como la informática, la IA, el marketing digital, el desarrollo de juegos/aplicaciones, AR y VR cobrarán mayor impulso a medida que esta industria crezca.
· El panorama emergente de la enseñanza y el aprendizaje planteará desafíos a los profesores tradicionales, quienes se verán obligados a dejar su zona de confort para centrarse más en el estudiante. Más profesionales de otros campos se incorporarán a la docencia y el valor de su experiencia práctica se combinará y potenciará con el conocimiento teórico que ofrecen los académicos tradicionales.
Investigación
· La especialización continuará, pero la mayoría de los avances se producirán en la intersección de dos o más disciplinas. El uso de la genética para desarrollar las vacunas contra el Covid-19, junto con los avances en biotecnología, nanotecnología, nuevos materiales y energías alternativas son indicativos del apasionante camino de descubrimiento que existe por delante.
· El acceso a la financiación pública seguirá siendo muy competitivo, pero los apoyos privados crecerán. Las organizaciones filantrópicas y las ramas de I+D de las corporaciones, interesadas en hacer el bien, respaldarán cada vez más proyectos de investigación en campos de vanguardia donde pueda haber retornos sociales y económicos prometedores.
· Habrá la necesidad de una aplicación más estricta de las normas éticas para proteger a los sujetos y garantizar la integridad de los resultados de la investigación y sus aplicaciones.
Innovación
· La libertad académica que alimenta la innovación seguirá siendo el rasgo distintivo de la universidad estadounidense, especialmente en sus niveles superiores. Sin embargo, un número creciente de instituciones más ágiles que no pertenecen a la élite podrán concentrase y asumir el liderazgo en dominios especializados.
· La innovación observada en varios sectores industriales y tecnológicos deberá ir seguida de esfuerzos similares en las ciencias sociales. Muchas de las normas sociales que rigen la convivencia nacional e internacional pacífica, incluidas las formas de canalizar la disidencia, necesitan una reformulación y allí las universidades parecen laboratorios ideales para ensayar nuevos modelos que promuevan la civilidad.
· Hay una oportunidad, muchos dirían una necesidad urgente, de repensar el orden social y económico para hacerlo más inclusivo y equitativo. Las universidades pueden ser los lugares donde puede surgir una nueva visión consensuada de la sociedad.
Servicio
· Las universidades seguirán siendo epicentros del progreso. La consolidación de la economía del conocimiento acentuará su relevancia como polos de aprendizaje, investigación e innovación. Los vínculos con la sociedad se fortalecerán a lo largo de líneas de especialidad, y las universidades servirán como columna vertebral del conocimiento proporcionando conocimientos y talento a industrias centrales como la salud, la educación, la energía y el transporte.
· Guiados por un espíritu de colaboración, las instituciones de educación superior, los gobiernos, las empresas y las ONG se unirán en "grupos de propósito común" para abordar los desafíos generales. En dichos clústeres, las universidades serán fundamentales para compartir conocimientos, ofrecer asesoramiento y liderar proyectos de investigación.
Finalmente, la pandemia nos ha recordado que en la tarvesía de la vida todos estamos inevitablemente unidos. Así que más que nunca, la participación activa y el compromiso de los estudiantes, como principales actores que tienen las llaves del futuro, serán esenciales para ratificar la relevancia de la educación superior y su contribución a la creación de un mañana más brillante.
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